sábado, 16 de abril de 2011

Defensa de la comedia del arte: ¿por qué impartirla en escuelas de teatro?



Los alumnos de tercer año que ya han visto realismo, expresionismo, teatro clásico, Brecht, Artaud, etc., etc., etc., casi siempre llegan a Comedia del Arte con un profundo desgano: algunos temen porque nunca han improvisado y lo poco que saben del estilo es que es un teatro de máscaras cuyo texto se improvisa. Otros llegan reclamando y cuestionando el porqué se les enseña algo tan pasado de moda, tan añejo, sin ninguna contingencia actual, de “museo”. Y otros simplemente llegan porque así lo determina su carrera en la línea de movimiento a continuación de pantomima.

Nadie les ha explicado qué es la Comedia del Arte y porqué es necesario experienciar en ella. Y si lo han hecho, ha sido desde la línea teórica de las mallas curriculares que la mencionan dentro de la historia del teatro, pero jamás la han asociado a fenómenos como el Chavo del ocho, los dibujos animados o el carnaval.

Ciertamente la comedia del arte es un estilo añejo. Más bien un estilo en extinción y mejor aún, ajeno. Difícilmente habremos visto un espectáculo del estilo o comprenderemos qué significa Colombina si vivimos en Chile, a años luz de la provincia italiana que dio origen a este fenómeno y a varios siglos de evolución histórica que nos distancian con las problemáticas renacentistas.
Quizás lo único que nos haga sentido de la comedia del arte es que uno de sus grandes aportes al teatro mundial sea el haber convertido a los bufones y las prostitutas del Renacimiento en actores profesionales. Pero cabe preguntarse entonces ¿por qué enseñarla? Y más aún, ¿por qué aprenderla?

¿Que es la Comedia del Arte?
Un estilo de teatro renacentista es la respuesta obvia.

Pero ¿qué significa eso???

Vamos por puntos:
Un estilo de teatro responde a una determinada forma de hacer teatro, que es la concretización de ideas (conceptuales y estéticas) que a su vez son consecuencia de una determinada visión de mundo o cosmovisión.
Así por ejemplo, tenemos el nacimiento del expresionismo como movimiento artístico, que en el teatro se plasmó con una fuerte gestualidad, con quiebres al actuar, sin unidades de tiempo y que nació al alero de la II Guerra Mundial. Otro ejemplo es el teatro realista, basado en el texto, en una actuación emotiva, con un desarrollo psicológico de los personajes, que alimenta nuestro voyerismo a través de la cuarta pared y del respeto de las unidades aristotélica (nuestro querido y también “añejo” Stanislavsky).

En la comedia del arte confluyen aspectos de varios estilos. Es tan añeja que influenció la expresividad expresionista, la imaginación surrealista, los conflictos shakesperianos, los quiebres emotivos, el distanciamiento brechtiano, la verdad stanislavskiana, etc. Pero eso mismo constituye parte importante del problema. Si es tan amplia ¿Como podemos definirla en términos estilísticos?

Primero hablamos de máscaras:
Se utilizan máscaras. Casi todos los personajes son enmascarados porque son alegorías. Las máscaras se asocian a arquetipos humanos, que han existido siempre y nunca dejarán de existir, por lo que son de fácil recepción para el espectador y facilitan su reconocimiento social. Al ser caracteres exagerados requieren de una determinada corporalidad y provocan gracia, porque parecen seres de otra especie, ridículos y que adquieren vida propia.
Las máscaras no son exclusivas de la comedia del arte, encontramos los mismos caracteres asociados a las máscaras griegas, a las del teatro Noh, del Balinés y hasta del clown ( “una nariz que desenmascara”) pero también fuera del aspecto teatral. Encontramos máscaras en danzas tradicionales latinoamericanas, africanas y asiáticas, en rituales mapuches, festividades europeas y en cada carnaval o fiesta tradicional.
A través del trance que inducen “se reasoman los demonios, los rostros inmutables, inmóviles, estáticos, que se encuentran en las raíces del teatro” (dice Georgio Strehler, ex director del Piccollo Teatro de Milán) y que permiten una comunicación misteriosa con otra parte de uno mismo.

Luego hablamos de improvisación:
Solucionar problemas, actuar sin premeditación, hacer algo inesperado o sin pensar.
Improvisar es básicamente HACER.
Ni siquiera se pide ser acertivo, sólo se pide hacer.
La comedia del arte se basa en la acción. Los personajes arquetípicos ACTUAN y casi siempre se equivocan en sus acciones porque sus intenciones están determinadas por su carácter y no por el sentido común (son personajes de comedia).
Se trabaja desde el personaje y desde las relaciones que estos generan, pero principalmente, desde el juego, llamado "lazzi".
La gente le teme a improvisar porque teme equivocarse, pero nadie se equivoca en los juegos, a lo más se pierde y siempre se puede jugar de nuevo.

Es Renacentista:
La Comedia del Arte nace en el quiebre de la edad media (1550) de parte de aquellos juglares que habían investigado en los Misterios Bufos medievales.
Italia no era como ahora la conocemos. Estaba dividida, mal organizada y con una profunda falta de fé. El Renacimiento, si bien enaltece al hombre, fue un movimiento cultural muy religioso y lo que se quebró fue respecto a la Iglesia como institución que administra una doctrina y no a la relación que el hombre establece con Dios, que finalmente es lo que consideramos como religión.
De las fiestas tradicionales de cada pueblo nace un arquetipo enmascarado y de las nuevas tendencias socio-económicas imperantes (en el renacimiento nace lo que hoy llamamos “libre mercado”) nace la critica social que está innegablemente ligada a la comedia del arte.
Sin ir más lejos, la relación principal es la del amo y su sirviente; y la inclusión de la mujer en las tablas por primera vez, se debe a reglamentos que establecían que toda aquella persona considerada como escoria social (deformes, actores, ladrones y prostitutas) tenían que vivir a una legua de los centros urbanos (Ley de la Legua).
El movimiento nació en el Renacimiento como una protesta contra él, contra un nuevo “sistema” que cambiaba a Dios por el dinero.
Un ejemplo claro es Dottore, quien nace en Bologna como sátira de los primeros ilustrados universitarios, que a partir de la creación de la primera universidad europea en esa ciudad, podían ejercer de matazanos si nunca haber visto un cuerpo, gracias a un certificado de título.

Es callejera:
Las plazas medievales (e incluso antes) y las ferias eran verdaderos centros sociales. El espacio público era considerado como un espacio cultural donde convivían las artes, las religiones, los pensadores, etc., y se creaban diálogos de todo tipo. Era el escenario perfecto para debates y obras de teatro de corte contestatario.
Los espacios teatrales propiamente tales eran burgueses (recordemos al Rey Sol sentado en su propio escenario vestido de sol mientras Moliere y su compañía interpretaban sus comedias), ligados a los nobles que contrataban compañías para sus fiestas particulares. E
l espacio público era el espacio de la cultura popular, donde la gente celebra el mundo al revés y donde se asienta la opinión pública.

Es comedia!
Alta comedia. Se cree que incluso deriva de la comedia erudita y se cita a Plauto cuando hablamos de ciertos personajes, pero lo importante es que es comedia.
Según Aristóteles, la comedia se caracteriza por “ridiculizar lo feo” y según Bergson, la risa “apela a la inteligencia de los hombres”, siendo más cercana a la anagnórisis que a la catarsis.
La comedia del arte utiliza recursos cómicos y personajes arquetípicos, que a través de historias muy simples, basadas en los personajes más que en la importancia de los argumentos, hablan de los vicios humanos que nos causan gracia con sus estupideces y nos permiten evidenciar y enjuiciar nuestros propios defectos: egoísmo, soberbia, sabiduría, avaricia, vanidad, enamoramiento, etc.

Es tradicional y critica:
Al hablar de tradición estoy hablando de una manera distinta de relacionarse con Dios.
El uso de máscaras y del espacio público está relacionado intrínsicamente con el Carnaval, una instancia festiva donde los roles se invierten: es el siervo el que reina, el feo el más admirado, el tonto el más ingenioso (“el mundo al revés, abajo la cabeza y arriba los pies”. LEAR, traducción de Nicanor Parra de la obra de Shakespeare).
Podemos decir que el teatro es un carnaval, porque desde el momento en que el espectador asiste al espacio consagrado para la representación, es él quien comienza a mirar y el que aplaude al tonto. Fuera de ahí, los tontos somos nosotros que observamos las conductas humanas para nuestra próxima función (y somos tan tontos que además pretendemos que nos paguen por ser creativos)
La Comedia del Arte juega al carnaval porque nace desde allí y utiliza elementos sagrados, como las máscaras, para su representaciñon del hombre.
Un actor clama justicia, denunciándola con la imagen de la injusticia de la realidad. Lo que sucede, catarsis y/o anagnórisis, también es sagrado.
El aspecto festivo y carnavalazo tambien le permite a la comedia ser mordaz en su crítica. Como los personajes, al estar enmascarados, no corresponden a la realidad de los hombres, se les permite hablar y criticar a la sociedad sin tapujos, y tal como dice el Misterio Bufo “NACIMIENTO DEL JUGLAR” recopilado por Dario Fo, “no es sino con la risa que al patrón se va desnudando” (…)

Es una gran herramienta para el actor:
Además de ser una visión para redescubrir el teatro, en términos actorales la comedia del arte plantea el gran desafío de crear e interpretar a la vez.
Solucionar problemas, relacionarse y crear humor en escena sin guiones previos, a partir únicamente de lo que el actor pueda hacer con su voz y con su cuerpo, es un ejercicio que desarrolla al máximo las capacidades actorales.
Innumerables técnicas se conjugan (pantomima, danza, cantos, acrobacia, etc.) y dan origen a un espectáculo de gran belleza, honestidad, frescura y gracia, lleno de vida y de alegría que no necesita de grandes requerimientos técnicos, solo un ”espacio vacio, un actor y alguien que lo mire” (Peter Brook)


Luego de todo esto cabe preguntarse si la comedia del arte es o no añeja, si no tiene ninguna relación con la actualidad y si no vale la pena experienciarla, porque además para los actores es un ejercicio de gran frescura y un gran desafío lograr interpretar un personaje arquetípico, crear humor y desarrollar la dramaturgia en un espectáculo.
El porqué se inserta en la línea del movimiento es cuestionable, y creo se debe a la necesidad técnica del uso de máscaras, que requiere una plasticidad física y una orientación menos intelectual para desarrollar los juegos. Pero el sacarla de las mallas curriculares, sería hacer un atentado contra la propia cultura popular, que mal que mal, influyó en tres siglos de teatro exitoso. 

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